Los tornados se producen
generalmente en la zona de transición entre las masas de aire polar y
tropical, entre los 20º y 50º de latitud, a ambos lados del ecuador, siendo
poco frecuentes en latitudes mayores de 60º, donde el aire no contiene la
humedad y la temperatura necesaria para la formación de este fenómeno y en la
región ecuatorial, donde la atmósfera
no tiene la inestabilidad necesaria para desarrollar una tormenta
severa de tal magnitud.
Si bien los
tornados pueden producirse a lo largo de casi todo el año, se observa una
marcada variación estacional que difiere del país y lugar, siendo su máxima
ocurrencia durante verano en las latitudes medias (junio, julio y agosto).
En la primera
parte del año, marzo y abril son más corrientes cerca de la Costa del Golfo de
México. A medida de que el año avanza,
el centro de la región de mayor formación de tornados se desplaza más al
norte de los Estados Unidos, la razón de este desplazamiento está relacionada
con el movimiento en igual dirección de las masas de aire, asociadas al
desarrollo de los tornados.
Los tornados
pueden originarse a cualquier hora del día, con mayor frecuencia durante la
tarde entre las 2:00 p. m. y 8:00 p. m., esta situación se relaciona con el
máximo calentamiento diurno de la superficie terrestre, ya que las altas
temperaturas contribuyen a la inestabilidad atmosférica y a la formación de
tormentas, que generalmente conducen a la generación de tornados.
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